La historia de la máquina Enigma,
resulta muy interesante ya que jugó un papel importante que definió el curso de
la historia, y sobre todo de la segunda guerra mundial, creada en 1923 por el
alemán Arthur Scherbius para cifrar y descifrar mensajes que tuvo un éxito
inmediato ayudando en muchas victorias alemanas, sin embargo cuando el polaco
Marian Rejewski logró descifrar sus mensajes ocultos, los alemanes perdieron
batallas drásticamente y la máquina Enigma ya solo sirvió para guardarla en los
museos.
La máquina Enigma consistía en
aplicar el Cifrado de Vigenère que no es otra cosa que un algoritmo de
sustitución de unas letras por otras, parecía una máquina de escribir y para el
usuario era muy fácil su utilización aunque internamente su funcionamiento era
más complicado. Contaba con teclas de un alfabeto de 26 caracteres y otro
espacio para letras del mismo alfabeto que se iban iluminando, así pues el
usuario tenía que teclear las letras del mensaje y anotar las letras
iluminadas.
El código a usar se fijaba con
las posiciones de unos cilindros internos, cada uno con 26 cables que se
conectaban al teclado. El primer cilindro giraba un veintiseisavo de vuelta
después de cada pulsación, de tal manera que la posición de las conexiones iba
cambiando con cada entrada del teclado, obteniendo un cifrado polialfabético
(con esto se evita que una letra del mensaje sea sustituida siempre por la
misma letra). El segundo cilindro daba un giro cuando el primero había
completado 26 giros y el tercero cuando el segundo había dado sus
correspondientes 26. También se agregó la posibilidad de que los cilindros
pudiesen ser intercambiados de posición, aumentando aún más el número de
posibilidades y no solo eso, también contaba con 6 cables de conexión que
permitían introducir modificaciones.
El objetivo de los giros de los
cilindros era que por ejemplo, si la primera vez que codificáramos la b
obtenemos una A, el modificador gira y si volvemos a codificar la b obtendremos
la C. la clave para cifrar él va en función de la posición inicial de los tres
cilindros, si variamos la posición inicial de los cilindros el cifrado es
totalmente diferente.
El mensaje cifrado llegaba al
destino donde tenían otra máquina Enigma esperando con los cilindros puestos en
la misma posición de partida que la máquina que lo generó, se introducía
entonces el mensaje cifrado y gracias al reflector se reproducía el mensaje
original.
Con todas las características que
se mencionaron arriba, suena muy complicado el burlar este sistema de
encriptado, muchos países consideraban que el código de Enigma era
indescifrable, además, el ejército alemán cambiaba cada día el código a
usar. Hasta que Marian Rejewski fue
capaz de descifrar el código gracias a unas máquinas denominadas bombas
criptológicas que eran unas máquinas Enigma de procesamiento en paralelo y que
buscaban las codificaciones posibles. Aunque se intentó mejorar la máquina
Enigma agregando otro cilindro, fue derrotada por la máquina Colossus ideada
por Alan Turing.
Pocos saben que esta fue una de las
cosas que determinó la victoria de los aliados en la segunda guerra mundial,
además representó un gran avance en cuestión de seguridad, y ahora contamos con
sistemas de cifrado más seguros para así garantizar la confidencialidad de la
información.
Referencias: